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Un rato - Patio/18 de Octubre; 15.00 p.m/Reservado

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Un rato - Patio/18 de Octubre; 15.00 p.m/Reservado Empty Un rato - Patio/18 de Octubre; 15.00 p.m/Reservado

Mensaje por Admin Jue Mayo 13, 2010 7:10 pm

Sophie

¡Wow! Que mal me sentía… Había amanecido con una sensación en el pecho muy rara, que hacía que mis ojos pesaran. ¿Angustia? Puede ser, extrañaba mi hogar, a mis amigos, mi familia, y en este lugar no me sentía muy cómoda, no había podido relacionarme con nadie, salvo tres personas.
Agarré un buzo que había por ahí y me dirigí hacia el jardín. Este estaba vacío, al parecer muchos estaban estudiando, ya que algunos exámenes se aproximaban. Yo tendría que estar haciendo lo mismo, pero esta sensación no lograba hacer que me concentre… Necesitaba paz antes que nada.
Encontré un banco de contextura fina y me senté en él a pensar
¿Qué estarán haciendo en Manchester? ¿Sentirán mi ausencia? Puede que si, puede que no. Eso me hizo sentir peor aún, pero era cierto, ya llevaba unos cuantos días aquí, y la gente acostumbra a olvidar luego de un determinado tiempo.
En mi cabeza se asomó Nicholas, tenía ganas de verlo después de tanto tiempo, al final ese día que habíamos arreglado no pudimos vernos. Yo me encontraba con bastantes cosas para hacer, y él no me había dicho nada, y no quise molestarle.
Luego recordé a Emma, la chica a quien él amaba. La sensación en mi pecho se hizo un poco más fuerte. Me costaba reconocerlo, pero me dolía que él piense y sienta eso por ella, cuando no es correspondido.
Mis ojos me pesaban, demasiado, pestañeé fuerte y dejé que una pequeñísima lagrima cayera de mis ojos. La sequé rápidamente y continué mirando hacia la nada.


Nich

Estaba estresado. Tanto estudio me tenía agobiado y necesitaba algo de aire fresco. Eso definitibamente no era lo mío, se me había pasado por la mente dejar la Academia Garner, ya que sentía que con Emma estaba todo perdido. Y además, ahora había otra mujer en mi vida, por mucho que evitara ese pensamiento, seguía rondando por mi mente y no me dejaba estar tranquilo. Antes sabía que no podía hacer sufrir a nadie, ¿pero ahora que? Sentía como si a Sophie le gustara, y era algo de lo que no podía parar de pensar. ¿Debía darle una oportunidad? Probar, no lo sé, quizá me hacía bien estar con otra chica para olvidarme de Emma; cosa que ya había probado millones de veces. Era difícil de conseguir, pero veía algo en Sophie que no me hacía dudar tanto.
Llebaba puestos unos tejanos, una camiseta blanca y sobre ella una camisa abierta a cuadros rojos. Mi pelo, como siempre, estaba despeinado. Caminé por allí, observando la soledad de éste. Los exámenes nos tenían a todos encerrados en las habitaciones estudiando para poder aprobar, pero parecía que a alguien no le importaba suspender. A lo lejos pude ver a Sophie, la veía de perfil y solo podía apreciar su rostro, algo dolorido. Me acerqué y pude ver como una pequeña lágrima caía por su fino rostro, me paré frente a ella, tapándole el sol y me agaché un poco hasta estar a la misma altura que su rostro.
- Perdone Señorita Davis, ¿eso que veo es una lágrima? ¿Porque llora? Una dama como usted no debería llorar, aunque está igual de hermosa -le sonreí de lado y besé la punta de su nariz- No, en serio, ¿A que se debe esa lágrima? -tenía miedo de que fuera por mí.


Sophie

Continué metida en mi misma y la pequeña molestia que sentía dentro, aunque el silencio del jardin hacía que me relaje cada vez más.
Estaba sumida en mis pensamientos hasta que una sombra me tapó del caluroso brillo del sol y pude divisar quien era el que me había interrumpido en mi momento, era él. Sonreí y lo miré a los ojos, luego los cerré en cuanto se acercó a darme un pequeño beso en la nariz y antes de contestar a su pregunta suspiré.
Tenía que pesar bien, para no hacerme lío con mis palabras y no confundir a Nicholas más de lo que yo ya estaba.
Me tomé mi tiempo, y mientras más pensaba más lo miraba para que me tuviera paciencia. -Es complicado- dije y luego apenas sonreí- ¿Nunca te ha pasado que sientes que estás demás en todo? O, que cada vez que te sale algo bien, o eso crees, viene algo y te aplasta la pequeá ilusión- creo que fue lo mejor que pude hacer.
Esperaba que entendiera.. Aunque no había problema si no podía ayudarme, o darme un simple consejo, estando ahí un rato con él me calmaba un poco.
Le hice señas para que se sentara junto a mi. -No muerdo, lo sabes- reí bajito.


Nich

Le miré durante el rato que estubo callada. Suponía que no quería hacerme creer cosas que no eran.
No llebaba ni un mes aquí, y ya sentía que no podía estar sin su familia, sus amigos, en definitiva, su gente. Le comprendía, yo si no tubiera aquí a Emma también echaría de menos Chicago, porque ella estaría allí y yo aquí, porque ella simplemente era todo lo que necesitaba para ser feliz. Aunque ahora Sophie se abría paso rápidamente entre tantas personas que poblaban mi corazón y, milagrosamente, estaba llegando a la cima. Donde se encontraban las personas más importantes de mi vida; a las que más amaba y apreciaba. Emma, sin duda, estaba ahí.
Cuando empezó con esas dos palabras: "Es complicado" asentí- hay todo el tiempo del mundo -le sonreí y esperé a que empezara hablar. Yo muchas veces me había sentido así, era asqueroso tener esa sensacion en el cuerpo. Le mostré una sonrisa más divertida cuando me invitó a sentarme a su lado y así lo hize. Me senté apoyando mi espalda contra el respaldo y pasando mi brazo por sus hombros, quería sentirle cerca. Q
Con su última frase fue inevitable volver al pasado, otra vez. Aquel maldito día de San Valentín que tanto me había cambiado la vida. Todo iba perfecto, como yo quería... Le iba a decir a Emma lo mucho que le quería y aquellos chicos -con malas palabras- me jodieron la vida. Me aplastaron la ilusión -como ella había dicho-, y las flores.
Suspiré, no sabía que consejo darle, ya que yo me había sentido varias veces así y no sabía como controlar ese sentimiento que hacía que estubiera mal durante días, semanas, meses... Años. Le miré a los ojos y supe que no podía pasar por alto esa pregunta que me rondaba por la cabeza, necesitaba saberla- ¿Cual era esa pequeña ilusión? Quizá yo... Pueda ayudarte.


Sophie

¿Cómo explicarle? ¿Cómo decirle, con su cabeza ocupada en otra cos... chica, que mi ilusión era él?
Nuevamente, tardé en contestar a su pregunta, tenía que formular bien la respuesta.
No quería que salga corriendo, pero tampoco ocultar lo que sentía -que no era gran cosa, simplemente algo que no se puede evitar- Jugué con palabras en mi mente. Verás... Me gustas y no sé como.... No, demasiado vulgar.
El primer día que te vi, sentí algo fuerte... Menos, muy infantil.
Si te lo digo saldrás corriendo, pero me enseñaron que los sentimientos no deben estar guardados, más cuando es alguine de verdad especial y, por más que no hace mucho te conozco, marcaste algo en mi, que todavía no sé que es, pero me gusta. Estaba bien, era correcto, tranquilo, a mi manera.
Tomé el aire suficiente, y cuando me sentía lista para hablar, lo miré a los ojos.
-¿Prometes no espantarte?- tomé aire y antes que pueda contestar, dije -mejor dicho, confesé- lo que decía mi mente, literalmente.- Si te lo digo saldrás corriendo, pero me enseñaron que los sentimientos no deben estar guardados, más cuando es alguine de verdad especial y, por más que no hace mucho te conozco, marcaste algo en mi, que todavía no sé que es, pero me gusta- noté que mis mejillas comenzaron a sonrojarse y preferí mirar el suelo y esperar una respuesta -seguro negativa- de su parte.


Nich

Esperé su respuesta sin ponerme nervioso, ni agobiara con mis acciones. Suponía que era difícil lo que sentía y no podía hacer que corriera en decírmelo. Teníamos todo el tiempo del mundo, no tenía ninguna prisa en ir a mi habitación, estudiar, o lo que fuera; prefería quedarme en el jardín esperando que la pequeña Sophie Davis amueblara su cabeza, y me hiciera saber que pasaba.
Solo hacía que mirarla, mirar sus acciones, como tomaba aire y lo soltaba intentando calmarse. Cuando me preguntó si prometía no asustarme afirmé con la cabeza y le sonreí, esperando dárle más confianza. Cuando empezó hablar algo hizo que mi interior diera un vuelco. Le gustaba. Eso era bueno, si, gustarle a alguien nunca estaba mal pero... Era ella, y yo estaba enamorado de Emma. Y, dios que lío, no quería hacerle daño a Sophie y inexplicablemente yo también sentía algo, por pequeño que fuera. Y tampoco podía ocultarlo o negarlo.
Suspiré sin que ella lo notara y le miré a los ojos, esperando que pudiera entender con la mirada lo que con la voz no podía. Ella me atraía, era una chica hermosa.
Acaricié su rostro y me armé de valor para decirle lo siguiente:- So, la verdad es que me gustas, pero... ¿Estás segura de que soy bueno para tí? Si de verdad crees eso... -no me creía lo que iba a decir ahora- Podrías hacerme olvidar de Emma -le sonreí, aún si creerme lo que había dicho.


Sophie

Idiotaidiotaidiotaidiota decía mi mente, y no estaba equivocada. Esperé a que Nicholas contestara, aunque no sabía si quería escuchar su respuesta.
A medida que iba hablando un alivio comenzó a acercarse a mí, hasta que escuché ese "pero", en ese momento mi corazón paró hasta que terminó su frase.
No podía creer lo que había dicho, una sonrisa se asomó en mi interior y mirándolo a sus ojos, muy segura de lo que iba a decir contesté:
-Nicholas, yo lo estoy, pero, ¿tú? Digo... ella debe significar mucho para ti.- antes que contesté le aclaré- Contigo siento lo que nunca sentí con alguien, pero no debes renunciar al amor que sientes por Emma solo por mí- en realidad, si quería que lo haga, pero no debía ser tan egoísta, se lo que se siente estar así enamorado de alguien.
Esperé con poca paciencia y nerviosismo su respuesta.


Nich

Cuando me dijo eso sentía que no estaba seguro, no, no lo estaba. No creía poder olvidar a Emma pero no podría estar toda mi vida persiguiéndola sin nada a cambio. En cambio, Sophie era como un ángel caído del cielo en un mal momento; cuando más necesitaba el amor de alguien apareció ella y... Creó dudas en mi mente, creó la tercera guerra mundial en mi corazón, puso todo mi mundo patas arriba con solo unas palabras. ¿Que podía significar eso? Quizá era mi salvación, por la que de verdad debía estar luchando en este momento, o quizá solo era una roca en el camino que Dios había decidido ponerme para decirme que debía seguir luchando. Pero, ¿más? ¿No lo había echo bastante? Estaba harto de dar y no recibir nada, de intentar que Emma se diera cuenta de que sin ella no era nadie. Pero ya todo era en vano, la guerra por el amor de Emma daría final la próxima vez que la viera, o quizá en este mismo momento; cuando de nuevo no pude resistrime a su labios.
Era sin duda lo que necesitaba, evadirme de todo. Y milagrosamente Sophie hacía que las dudas aparecieran en mí y que me diera cuenta de todo lo que pasaba. No quería seguir así, yo también necesitaba alguien que me diera el amor que necesitaba.
Me separé de ella y le miré a los ojos- Quiero resolver todas mis dudas, y no podría hacerlo sin tí a mi lado -la necesitaba para que todo se acabara.


Sophie

No pude evitar sonreí cuando me dijo eso, aunque intenté mirar hacía otro lado para no parecer una niña que acaba de recibir su primer dulce. Aunque, en este caso, era mi primer... ¿novio? ¡No! Todavía no habíamos llegado a eso, pero si era algo a quién podría valorar desde que me levanto hasta que me acuesto a dormir.
No podía creer que esto me esté sucediendo a mí. Siempre fracasé en el tema de los chicos, terminaba mal debido a que me rompían el corazón, o me hacía tontas ilusiones en mi cabeza. Pero esta vez, al oír sus palabras, estaba segura que las cosas con Nicholas iban a tener algo especial.
Tomé su mejilla con mi mano y la acaricié suavemente. Me quedé unos segundos en silencio, observando sus ojos.
Luego de un tiempo caí en el mundo real y contesté a sus palabras con un tono suave.
-Aquí estaré, para resolver todo problema que se presente- me acerqué a sus labios, en verdad, traté de esperar a que él lo hiciera, pero no pude aguantar. -Gracias- dije en un susurro apenas audible.


Nich

Le devolví el beso, tratando de alejar mis pensamientos negativos todo lo posible de ella, se la veía tán frágil. Me separé de ella para poder mirarle bien y atisvé una sensación de felicidad en ella. Sus ojos brillaban más que la última vez que nos vimos, su rostro estaba más relajado... Estaba hermosa. Le acaricié el rostro mientras sonreía tiernamente, no podía creerme que al fin una chica así se fijara en mí y encima ¡Que quisiera intentarlo! Y además después de saber lo que yo sentía por otra chica. Pero los problemas a su lado no eran nada, desaparecían.
- Pequeña, en serio que va a ser difícil -quería que eso lo tubiera claro antes de formar un gran vínculo, y además que todabía no sabia como acabaría todo, solo sabía que quería ser de una vez por todas feliz- pase lo que pase creeme que voy a estar siempre, sea como sea -no quería perder su amistad si las cosas con Emma cambiaban de un día para otro, o si lo nuestro tampoco funcionaba- y ya dejo de ponerme tan sentimental -finalicé con una risa.


Sophie

Lo miraba y apreciaba cada segundo junto a él. Me sentía bien a su lado, y era inevitable disimular cómo me sentía y la felicidad en mi interior, asique no me importó y estuve sonriente, como muy pocas veces había estado.
A él lo notaba... Extraño, como si esto nunca le hubiera pasado (yo tampoco tengo experiencia en el tema) pero contento a la vez, de verdad dispuesto a olvidar a Emma y empezar algo entre nosotros.
Me sentía bien, muy bien. Nunca me había pasado algo asi, en mi experiencia con los chicos siempre pasaba algo malo, un rechazo, una ilusión, pero esta vez sentía que no, esta vez sentía que algo bueno iba a pasar.
Lo miré concentrada mientras hablaba. Se notaba serio, como si quisiera que entendiera sus palabras. Entendí todo perfectamente, aunque el pensar en algo malo me dio algo de escalofrío. Calma Sophie, te estás tomando todo muy enserio.
Me contagió su risa y antes de seguir con otro tema finalicé este. -Lo creo, y quiero que sepas que yo también estaré, para ayudarte en lo que sea, por mas difícil que se presente-
Le sonreí y me acosté apoyando mi cabeza en sus piernas para observarlo mejor. -¿Qué hacías por aquí? ¿No tienes que estudiar?


Nich

Sonreí tiernamente al escuchar sus palabras. En poco tiempo le había cogido mucho cariño, y no me extrañaba, era Sophie; no había nada mejor que una chica así.
Cuando colocó su cabeza sobre mis piernas espere a que se acomodara en ellas y aparté el cabello de su cara, dejándome ver todo su rostro desde arriba. Su sonrisa era hermosa, igual que toda ella.
- Si, tendría que estudiar... Pero hay cosas mejores de hacer -le guiñé un ojo y sonreí de lado. Estar con ella era mucho mejor que estudiar cualquier cosa de las que hacíamos en clase, era mucho más entretenido. Acaricié su rostro y seguí hablando- ¿Y tu? ¿Que hacías aquí tan solitaria... Y además con lágrimas en el rostro?


Sophie

Estaba disfrutando eso, imaginaba desde afuera como estábamos y me daba ternura.
Si de verdad empezaba algo con él, no quería que lo nuestro sea una relación pegajosa como todas las demás, quería algo original, como adolescente.
Le sonreí ante su respuesta, y entendí lo que había querido decir. -Te entiendo, pero no debes desconcentrarte.- dije señalándolo con el dedo a modo de reto- Debes aprobar tus exámenes muchacho.- frucí el seño como si fuera una madre, aunque luego volví a la postura de siempre y reí.
-Pensaba, como siempre.- miré hacia la nada- ¿Nunca te pasó que te diste cuenta muchas cosas? Actitudes pasadas, momentos... Cosas así.- lo miré a los ojos.- Y con respecto a las lágrimas, terminaron apenas algo se acercó- le pegué una indefensa y diminuta cachetada en su mejilla y luego reí bajito.


Nich

Había estado pensando, eso ya lo sabía yo, pero quería saber que le preocupaba o cuales eran esas actitudes o momentos. Pero, por ahora, peferiría no preguntar si ella no me lo decía de primeras, me guardaría las preguntas para otro momento.

Sentí su mano sobre mi mejilla y fruncí el ceño tratando de parecer efadado, pero se notaba que no podía ni parecerlo, esta chica me hacía sonreir a todo momento- No vuelvas hacer eso o te muerdo la mano, pequeña... Quedas avisada -imité a un leon gruñir y reí algo más fuerte que ella, pero controlándo de no soltar una gran carcajada que llegase a cualquier lugar de la academia, cosa casi imposible.

- Eh, hablame de tu familia -en realidad, no sabía casi nada de ella- de todos, padres, primos, abuelos, tatatarabuelos... -volví a reir y negué con la cabeza- no, a tanto no llegues, por fabor -dije entre risas. Si que quería saber como eran, quizá, algún día no muy lejano, tubiera el honor de conocer a algún familiar de la Señorita que había conocido en el buque de los sueños.


Sophie

Su risa era contagiosa y no me pude controlar. -No te tengo miedo.- dije desafiante y reí un poco más bajo. No me importaba el volumen de nuestras risas, menos lo que opinaran los demás de vernos allí, solo importaba ese rato junto a él.
-¿Mi familia?- pensé en qué decirle, no me gustaba tocar ese tema demasiado, pero no podía negarselo. -Somos una familia pequeña, mis padres y mis dos hermanos.- suspiré- Somos... normales, no muy adinerados, con todos los pros y los contras de las familias.- miré para otro lado- Siempre tuve una buena relación con mis hermanos, a mi madre no la puedo dejar atrás, pero a mi padre...- pensé tranquila- Las cosas eran complicadas con él. Discutíamos por cualquier cosa, es de ponerse nervioso de la nada y, los nervios es algo que trato de evitar, pero eso era imposible.- suspiré nueva y profundamente. Lo miré a los ojos- Disculpa Nicholas, ¿podríamos hablar de eso en otra ocasión? Es algo... complicado y no quiero pensar en eso en este momento, me siento muy bien como para recordar- sonreí a modo de disculpas y continué mirándolo- Cuentame tú, quiero escuchar tu historia- busqué su mano y la tomé.


Nich

- Oh, lo siento -puse una mueca, yo tratando de evitar que se pusiera mal y doy justo en el clabo. Lo mío no era la suerte, que se diga.

- Bueno, en mi família también somos cuatro. Mi madre, mi padre, mi hermano mayor y yo; siempre nos hemos llebado todos bien, aunque mi hermano y yo somos como el perro y el gato; nos odiamos a muerte. Aunque hay veces que es inevitable quererle, ya que es al que le hize la vida imposible durante mi infancia... Pero bueno, nada del otro mundo. Mi padre es el jefe de una empresa de vinos, la cual fundó mi tatarabuelo, y mi madre de vez en cuando le ayuda... Es el negocio familiar, el cual seguirá mi hermano, que ahora estudia derecho.


No había mucho más que contar, eso era lo básico en mi família. No le contaría el porque el odio hacia mi hermano, ya que eso implicaba explicarle, aunque fuera una cuarta parte, de la historia de Emma... El comienzo de todo. Algún día tendría que salir en nuestra conversación, lo sabía, ella era una persona demasiado importante en mi vida, toda mi historia giraba entorno a ella.
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Un rato - Patio/18 de Octubre; 15.00 p.m/Reservado Empty Re: Un rato - Patio/18 de Octubre; 15.00 p.m/Reservado

Mensaje por Sophie M. Davis Vie Mayo 14, 2010 11:43 pm

Hice una pueca. -Los hermanos son así- traté de calmar. Aunque no se lo notaba mal, ni nada por el estilo, solo noté que contaba el tema con algo de pesadez. -Asique una empresa de vinos, ¿eh?- dije- ¿Son ricos? Un día me tendrás que llevar a probar un sorbo- dije riendo, antes de cambiar de tema.
-¿Te gustan los animales?- pregunté interesada. Si quería comenzar algo con Nicholas, debía concerlo bien, y estaba dispuesta a hacer preguntas que, por más ridículas que fueran, me ayudarían a conocerlo. -Y si te gustan, ¿tienes mascota? ¿Cómo se llama?- reí y me lo quedé mirándo.
Era perfecto, lo adoraba.

off: es MUY corto T_T perdón, prometo para la próxima hacer una respuesta como la gente
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