[Actuando] - [Domingo 10deOct - 19:05hs] - [AG-Teatro]

Nich:
Odio este internado! ¿Porque tuve que entrar aquí? Ah, ya se, por Emma... ¡Maldita sea!
No tenía sentido que yo estuviera aquí. Mi vida era una mentira desde que decidí entrar a la Academia Garner de Artes Dramáticas, y solo por el simple echo de que mi queridísima Emma volviera a amarme, que supiera la verdad, que pudiera perdonarme y valorar todo lo que había echo por ella pero que no había logrado ver. Y ahora, tras una marea de mentiras, ¿como quería ser sincero con ella? Ella pensaba que tenía pareja, o amenos hasta hace varios días. Cree que mi abuela está enferma cuando no es verdad, tan solo para que se una más a mi y sienta un poco de compasión al verme mal... Que estúpido.
Y además, ella ya tenía un chico en su corazón y cabeza. Aquel Alex que me impedía hacerla mía. Ella me pertenecía desde hacía años, no podía venir el y apoderarse de su hermoso corazón como si nada. Yo debía recuperar la parte que él me había robado, y conquistar a la persona que mas amaba.
Pero ese no era el mejor momento. Ahora debía ensayar una obra que me habían mandado en clase de interpretación: Titanic. ¿Quien interpretaba Titanic? Romeo y Julieta, Don Quijote y muchísimas novelas más eran mucho más interpretados que Titanic. Esta tuvo éxito con la película, nada más.
Agarré el cuadernillo de diálogos y me dirigí al sitio donde esperaba que, ese día a esas horas estuviera desierto. Y así era, la soledad reinaba en el teatro, cosa que me agradó. No quería encontrarme con alguien y que me fastidiara; no quería actuar delante de nadie. Sentía algo de vergüenza, ya que no era mi fuerte.
Me senté en el borde del escenario y abrí el cuaderno. Empecé a susurrar despacio cada párrafo que me tocaba, pero no había manera de inspirarse en aquella postura. Me coloqué en medio del escenario e imaginé como si todo aquello fuera una canción para Emma. La música era la única rama del arte en que era realmente bueno, y todo se me hacía más fácil si se trataba de música.
Suspiré y con los ojos cerrados empecé a imaginarme dentro del barco- ¿Cual es su nombre señorita? -dije con un tono alto, sin esperar respuesta, pero imaginándola en mi interior.
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Sophie:
Bien, mi recorrido ayer no tuvo finalización ya que estuve con esta chica Debra un largo rato, y más tarde el cansancio del viaje hizo que me atara a la cama y duerma como un bebé. Pero hoy me obligaba a mi misma a terminar de ver toda la academia. Anduve por la sala de estar, el jardin, la biblioteca y llegué al lugar que más buscaba: el teatro.
En ese lugar estaba segura de poder demostrar cuanto me apasionaba este arte y que tan buena era. Tenía planeado pasar todos los días por allí y estar horas improvisando, creando vínculos con los demas alumnos, etc.
Entré emocionada, quería conocerlo y saborearlo un ratito, tenía ganas de hacer un monólogo. Sabía que para mi misma, pero no importaba, estaba en un escenario.
Cuando estaba a punto de llegar escuché una voz:
-¿Cuál es su nombre señorita?- era una voz masculina.
-Sophie- contesté al instante.
Esperaba que reaccione y me saque de ese lugar, no quería tener problemas. Estupida Sophie, hoy es domingo, no se puede deambular por estos lugares. Me reté a mi misma, aunque ya era tarde.
Me acerqué con miedo al lugar de donde provenía la voz, pero luego me tranquilicé al ver que era un joven, un alumno como yo.
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Nich:
Mi voz interior se sobrepuso a la de una chica. Sophie, había oido hablar de ella. Poco, ya que hacía dos días que había llegado y yo procuraba que Emma volviera a darse cuenta de que yo era el que necesitaba para ser feliz. ¿O era yo el que la necesitaba? Si, eso era lo que más claro tenía. Yo la necesitaba más que a nada en este mundo, tanto como el aire al respirar; ella era todo para mí.

Me volví hacia Sophie con un giro brusco y clavé mi mirada sobre la suya. La oscuridad nos envolvía, pero por suerte había pequeñas luces de "emergencia" que siempre estaban encendidas y hacían que a menos pudiera verle bien el rostro. Alcé una ceja al notar los nervios y el miedo que aún quedaba en su cuerpo. Me acerqué al borde del escenario y bajé para estar más o menos a su altura, le sonreí de medio lado para que acabara de tranquilizarse, para que pudiera ver que no era ningún directivo y que no le sucedería nada. Alargué mi mano hacia ella, era incómodo mirar hacia abajo todo el rato, y yo le ayudaría a subir al escenario. Y para mi sorpresa, algo dentro de mí sacó mi originalidad y al pequeño -o enano- actor que tenía dentro de mí.

- Llaman al Titanic el buque de los sueños, embarque conmigo en esta fantasía, Señorita Sophie -asentí y una sonrisa se formó por todo mi rostro. Agarré su mano e hice que subiera conmigo al escenario; debía aprovechar la oportunidad que me brindaban en esta academia, a pesar de todo... Me gustaba esto.
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Sophie:
Cuando me acerqué y lo ví, noté que él dió una brusca vuelta para ver quién se encontraba, que en este caso era yo.
El lugar estaba medio oscuro, pero unas pequeñas luces alumbraban apenas nuestros rostros. Despacio me fui acercándo al escenario y ví como este chico asomaba la mano para que subiera donde estaba él.
Cuando estaba subiendo, dijo unas líneas que me parecían un poco conocidas, pero antes de pensar decidí seguirle la corriente.
Con la misma sonrisa que me había otorgado contesté:
-Me encantaría acompañarlo en este viaje, señor...- ¿Y el nombre? Claro, no me lo sabía, apenas había llegado ayer y conocía a dos... tres personas con suerte.
Lo miré avergonzada, pero no quise decir nada; esperaba que él se diera cuenta por si solo.
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Nich:
Me siguió el royo y sonreí. Noté que la pequeña Soph se quedó muda al no saber mi nombre. Claro, yo si conocía el suyo porque me lo había dicho, pero yo solo había pronunciado varias frases de la película Titanic, la cual esperaba que hubiese recordado. Besé la mano que tenía agarrada y casi en un susurró acabé su frase.

- Nicholas -le regalé una de mis mejores sonrisas. Me acerqué a su oído- Ahora imagina; Llevas un elegante vestido negro y rojo, especial para una noche de juegos en el casino del Titanic... Corres hasta la proa del barco, con rostro triste y lágrimas en los ojos. Te acercas peligrosamente al borde del barco ¿Que haces? Estás loca. ¿Intento de suicidio? Le gusta la adrenalina Señorita... ¿No es así? -me separé de ella, aunque agarrando su cintura, dejándola en el borde del escenario. Era una escena algo trágica, pero la primera vez que Rose y Jack se ven. No esperaba respuesta a aquello, solo que se imaginara el momento exacto donde empezaríamos a actuar.

Me coloqué detrás de ella y solté su cintura- No lo haga -dije mientras daba un paso hacia atrás, ya que la distancia entre nosotros no permitía una buena actuación- déme la mano, le ayudare a volver a cubierta -y largué mi brazo hacia ella.
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Sophie:
Sonreí al escuchar su nombre. Me gustaba.
Cuando se acercó a mi oído, sentí un pequeño cosquilleo, pero hice caso a lo que me dijo. Cerré mis ojos, y comencé a imaginar. Imaginaba toda la situación, la imaginaba Rose totalmente triste, yendo hasta la proa, e inconsientemente una pequeña lágrima salió de mis ojos. Escuchaba atenta a sus palabras, y luego sentí que sus manos habían desaparecido de mi cintura.
Lentamente abrí mis ojos y escuché sus súplicas. Traté de recordar lo que la protagonista le contestaba a Jack, y una vez que lo hice dije:
-¡Apartece! ¡No se acerque más!- mi voz sonaba cortada, y las lágrimas no dejaban de salir.- No, quedese donde está. Hablo en serio, voy a soltarme- esperé quieta su respuesta.
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Nich:
Cuando escuché sus palabras una enorme sonrisa se formó en mi rostro. Parecía que a ella no le daba tanta emoción, se había metido completamente en el papel de Rose, las lágrimas también caían por su rostro y eso hizo que me sintiera más... Jack.

Me acerqué a ella y le reté- No lo hará -alcé una ceja y metí ambas manos en mis bolsillos, tambaleandome levemente hacia delante y atrás. Esperé a que ella contestara y seguí con mi discurso, recordando cada palabra del guión- Si quisiera hacerlo ya lo hubiera echo -distraido me acerqué un corto paso más hacia ella, pero aún así dejando un espacio entre nosotros.
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Sophie:
Cada vez me metía más en el personaje, ya me dejaba llevar por él, y la situación.
De verdad sentía que yo era Rose, que Nicholas era Jack, y que los dos nos encontrábamos en el mismo lugar.
-¿A qué te refieres con "no lo hará"? No me diga lo que voy a hacer o no, ¡usted no me conoce!- mi tono de voz había cambiado, y las lágrimas ya estaban secas.
Se había acercado un paso más. No lo miré, no hacía falta. Me dí cuenta cuando sentí que su voz se acercaba.
-Me está distrayendo, ¡váyase!- me saltié algunos diálogos y voltié. Como en la película, pegué un pequeño alarido e hice que me caía, pero mis pies me fallaron y uno de ellos quedó en el aire.
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Nich:
No puede evitar soltar una pequeña risa al escuchar su voz. Con un tono alto, firme, metida completamente en el papel de Rose. Esta chica valía para estas cosas, en cambio yo era "novato", pero esperaba estar haciéndolo lo mejor posible. Estaba frente una futura actriz, y no quería defraudarle.

Me acerqué un paso más e imitó la caída de Rose, pero un pie le falló y por suerte llegué a agarrarle de la cintura para que no se diera un fuerte golpe contra el suelo y se hiciera daño de verdad. Rodeé su cintura con mis brazos y junté nuestros cuerpos sin dejar un solo milímetro de distancia. Di unos cuantos pasos hacia atrás, llevándomela conmigo y alejándola del borde, quedando de nuevo en medio del escenario. Solo nos faltaba el gran foco sobre nuestros cuerpos, y sería una gran interpretación; Sophie lo había echo genial, se había ganado un admirador en estos pocos minutos de actuación.

Dejé un espacio entre nosotros, pero sin soltarle aún de la cintura- Las distracciones a veces pueden ser muy malas, tanto que podría haberse echo mucho daño, Señorita Sophie... Debería tener más cuidado la próxima vez, y porqué no, confiar en mí -le sonreí.
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Sophie:
Estaba a punto de caerme, pero él llegó a atajarme. Me agarró de la cintura y me acercó a su cuerpo en tan poco tiempo, que no tuve tiempo de preparar mi cabeza ante la situación.
Disimuladamente y apenas observé nuestra pose, hasta que llegué a su rostro en el cual me perdí por algunos segundos, cuando el volvió a hablar.
Lo estaba haciendo muy bien, sabía interpretar, aunque en alguna parte de su mirada no lo encontraba satisfecho.
Basta Sophie, no fantaseés. Decía mi mente, y tenía razón, debía volver al personaje.
Una pequeña sonrisa de costado se asomó por mi cara, pero luego me aclaré la garganta y contesté:
-Puede que tenga razón Señor Nicholas, pero ustéd sigue sin decidir lo que hago o no- me solté por más que no haya querido, y caminé dandole la espalda- Tengo mis motivos para hacer lo que hice- no quería mirarlo.
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Nich:
Se separó de mí, cosa que sinceramente me sorprendió, y se alejó de mí dandome la espalda. No esperaba esa reacción, pero parecía que la chica era de caracter algo fuerte, parecido al de Rose. Fuerte pero tierno a la vez. Sophie parecía amable, simpática, daba la sensación de ser todo corazón. Y no creía equibocarme.

- Aún no ha llegado el día en que no tenga razón -alardeé- y creo que no hay motivos suficientes para hacer tal locura, ¿No cree? -me quedé parado en mitad del escenario- Además, una dama como usted, ¿Que motivos tendría? Lo tiene todo; riquezas, respeto, -me acerqué a ella y le rodeé, quedando delante de ella- belleza... -esto último se lo susurré al oído. Metí mis manos en los bolsillos del pantalón y me separé un corto paso de ella.

- Si no le importa, me gustaría saber sus motivos -alcé una ceja, esperando una buena respuesta proveniente de ella.
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Sophie:
Su respuesta presumida me causó algo de gracia, pero quise contener la risa y continué escuchándolo.
Su voz me hipnotizaba. Era de hombre, pero a la vez dulce, eso quería decir mucho sobre su personalidad. Pero quería esperar a terminar todo esto para conocerlo mejor, y ver si mi hipótesis es cierta.
Comenzó a nombrar cosas que la supuesta Rose tenía, mientras tenía la mirada en el suelo pensando en qué contestarle. De la nada lo tenía frente a mí, susurrandome al oído. Ese cosquilleo de nuevo.
Me pidió los motivos, y sin dudarlo contesté:
-Tendré todo eso, pero lo que me falta es amor verdadero.- mi tono era triste. -Quiero que alguien me ame por lo que soy, y no por lo que tengo. Quiero que mis padres acepten a esa persona tal como es, y no que me arreglen un matrimonio con alguien que a ellos les parezca. QUIERO TENER UNA VIDA NORMAL- grité con furia.
Me sequé algunas lágrimas, y lo miré a los ojos- ¿Es mucho pedir?- dije con un hilo de voz.
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Nich:
Más bien parecía que esas palabras salían de su corazón que de su mente. Algo dentro de mí hizo que se me reblandeciera el corazón y creyera que esas palabras eran fruto de su interior. Quizá Sophie había pasado una mala experiencia, o estubiera enamorada de alguien no correspondido, o simplemente quería estarlo.

Cuando me miró a los ojos y pronunció esas tres palabras, era mi interior el que necesitaba un acto de amor. No lo creía, pero estaba algo "necesitado" en el sentido de cariño, amor o roze. Sin pensarmelo más veces. Con rapidez una de mis manos se posó en su espalda para atraerla a mí, y la otra bajo su mentón para alzar sus labios hasta los míos.

Mi interior explotó en emociones, las cuales algunas no experimentaba desde hacía tiempo. Como por ejemplo el dulce sabor de un beso y los pequeños cosquilleos que producen los labios al rozarse. Mi lengua ardía en deseos de más, pero algo me impedía seguir besándola, algo me indicaba que eso estaba mal. Me separé unos centímetros de ella y observé su rostro antes de apoyar mi frente con la suya.

- Lo lamento -seguía con las palabras "de época".
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Sophie:
Luego de decir esas palabras, bajé mi mirada y la posé sobre su pecho. No entendía por qué, pero las lagrimas fluían.
En un momento sentí su mano en mi espalda, la otra en mi menton, y mis labios junto a los suyos.
Mi mente no entendía nada, pero no quería terminar con ese momento. Mi panza y corazón hacían un festín en mi interior. Y mi mente continuaba.
No me importaba lo que pasara después, solo quería que ese momento no acabara.
No te vayas. Pensé en cuanto nos separamos unos centímetros.
Me sentía rara, pero, era una sensación que me gustaba.
Nicholas apoyó su frente en la mía y me pidió disculpas. Lo miré fijamente a los ojos. -No te disculpes, fue lo mejor que pudiste haber hecho- cerré los ojos y continué en esa pose.
Escuchaba su respiración tranquila, y eso me daba paz.
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Nich:
Me volví a quedar sorprendido, no se apartó, ni me cruzó la cara, ni nada por el estilo. Muchas lo habían echo antes que ella, no sería nada nuevo para mi el ser rechazado. Todos creían que Nicholas Cooper podía tener a todas las mujeres que él quisiera, pero, en cierto modo eso era mentira. Emma, ella era la excepción más obvia que había; nunca había tenido nada con ella aunque fuera lo que más deseara en todo momento.

Era el momento de dejar de actuar- Sophie, el beso... ¿Lo ha dado Rose o tú? -quería saber si ella había sentido algo con ese beso. Si solo era porque tocaba en ese momento o porque de verdad deseaba devolvermelo.
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Sophie:
Nos quedamos en silencio unos segundos, pero seguíamos pegados. Imaginé que él estaría pensando en lo que sucedió un momento atrás. Y no lo culpo, fue improvisado.
Yo también hacía lo mismo. Estas cosas a mi no me pasan, solo con suerte logro que un chico me de señales. Pero, él era mágico. Lo había conocido hacía un rato, y ya me sentía bien estándo con él.
Cuando me hizo esa pregunta, me tomó desprevenida, pero sabía que era lo que iba a contestarle.
Suspiré y con un tono dulce susurré:
-Para ti, Sophie- y dejé escapar una pequeña sonrisita.
Quería cortar ese pequeño espacio que quedaba entre nuestras caras, pero debía ir despacio, también debía saber que era lo que Nicholas pensaba.
Ahí reaccioné, -¿Erés Jack?- esperaba que entienda mi pregunta.
No quería hacerme ilusiones, hasta no sabes si sintió el beso como una actuación, o como algo importante.
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Nich:
Sonreí al escuchar su respuesta. Esperaba eso de ella, si hubiera dicho lo contrario algo dentro de mí se hubiera sentido mal y quizá dejaría las cosas donde estaban.
Pero cuando hizo su pregunta dudé por un segundo. Pero no por si era Nich o Jack, estaba seguro que era Nicholas el que había besado a Sophie, pero si dudaba si estaba bien decirle la verdad, porque... ¿Y si la pequeña Sophie se acababa enamorando de mí? Lo se, es egoista pensar eso, pero... ¿Y si lo hacía? No quería ver sufrir a una chica tan hermosa como lo era ella, y sabía que mi corazón solo tenía espacio para Emma. Así que el Nicholas sincero que tenía en mi interior salió a flote y suspiré antes de contarle mi situación a Sophie.

- Nicholas -dije secamente- Pequeña, perdoname... -hice una mueca de dolor y me separé un poco más de ella- Fue Nich, pero no se si era lo mejor, si tienes tiempo y ganas podría contartelo todo -miré hacia un lado, no quería ver su rostro, me dolía tansolo en pesar que ese beso hubiera significado mucho para ella.
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Sophie:
Dudó un poco, pero no estaba nerviosa. Sabía que si la respuesta era Jack, me pondría mal, y si la respuesta era Nicholas, no sé. No quería enamorarme, pero, algo dentro de mí sentía algo fuerte por él.
Lo miré como apurándolo, el silencio ya se estaba tornando incómodo. Pero cuando contestó seco, me puse un poco nervioso.
Nicholas comenzó a pedir disculpas, yo no entendía lo que pasaba, pero su mirada comenzó a ponerse triste. Se separó un poco de mí y casi en tono de súplica y sin mirarme, me ofrecio contarme todo.
Pensé si esto me haría bien... Pero ya no me quedaba otra. Lo bueno no dura para siempre, y esto no tiene pinta de ser bueno.
Con mi mejor voz, y tranquila le conteste:
-Cuentame, sabés que soy todo oídos. -me senté en el borde del escenario, no quería estar más parada.
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Nich:
Ella aceptó. Era una gran chica. No hacía ni una hora que la conocía y ya admiraba su forma de ser, la adoraba muchisimo, por estúpido que pudiera llegar a sonar...
Bajé de un salto del escenario e hice el gesto de sentarme, pero si me quedaba quieto de nuevo los nervios se apoderarian de mí y las palabras se trabarían al salir de entre mis labios. Y eso era lo último que quería; que ella notara mis nervios. Pero eran incontrolables, me senté en una de las butacas que tenía Sophie delante y miré al suelo, tratando de crear el discurso dentro de mi mente para no "cagarla" más.

- Vale... Esto... -¡Venga Nich! Suspiré y le miré a los ojos- Bah, ¡que mas da! ¿Sabes? Hay una chica que no me hace caso desde que la conocí, ¡he estado siete años tras ella y no hay manera de que vea que la necesito! -solté casi en voz de grito y gesticulando con las manos- hacía mucho que no besaba a una chica, y ¡Joder! lo necesitaba -y también necesitaba desahogarme, por lo visto- así que, gracias.

Me levanté de la butaca y me acerqué a Sophie- Si te molesta dimelo -le dije sincero, sin apartar mi mirada de la suya- que puedo parar -y volví a unir nuestros labios, satisfecho de desahogarme. No le pertenecía a Emma, no tenía porque quedarme parado mientras ella se tiraba a su maldito novio, yo también podía disfrutar... Aunque seguía sabiendo que solo ella ocupaba mi corazón... Lamentablemente.
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Sophie:
Por más que quisiera disimular, se lo notaba nervioso, sin encontrar las palabras juntas.
Lo veía moverse de un lado a otro. Sentándose, parándose... Afortunada era de ser dueña de una paciencia inagotable.
Luego de tantas vueltas, logró sentarse en una butaca enfrentado a mí, pero no me miraba. Iba a preguntar si todo estaba bien, hasta que dijo las primeras palabras que me hicieron sobresaltar.
A medida que escuchaba lo que decía, mis ojos comenzaban a pesar, y mi cabeza daba mil vueltas. ¿Siete años? Y, ¿qué fue lo de recién? ¿Tú también vas a dejarme así?. Comenzó a cuestionar mi cabeza. No me animaba a preguntárselo todo junto, lo veía muy animado hablando.
Cada vez que abría la boca para contestar, nuevas palabras salían de él.
Cuando al fin terminó de hablar, se lo notaba muy aliviado.
Me sorprendió que haya finalizad con un agradecimiento, no entendía que había hecho, pero lo siguiente fue lo que más me sorprendió.
Lentamente se acercó a mí y mirándome a los ojos me dio un aviso que no había entendido, hasta que me besó.
Esta vez fue un beso tierno, lo sentía más apasionado a comparación con el de antes.
En un momento en mi cabeza apareció la imagen que estábamos teniendo. Yo sentada en el borde de escenario y él parado, pero los dos como si fuéramos uno.
Enredé mis brazos a su cuello, como para no dejarlo ir, y en cuanto sentí que me quedaba sin aire decidí frenar un poco.
Me alejé apenas unos milímetros de su cara y con apenas aire le dije:
-No, gracias a ti- le di un pequeño beso y me quedé así, como estábamos.
No quería dejarlo ir. Sentía que lo adoraba. Como nunca a otro chico
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Nich:
Sentí las ganas que le ponía al beso y un acto inconsciente fue abrir los ojos para ver si ella los tenía cerrados. Sí, ella estaba disfrutando tanto como yo de ese momento.
Cuando envolvió con sus brazos mi cuello me dio paso a colocar una de mis manos en su nuca, enredando mis dedos entre su cabello y la otra en el punto más bajo de su cintura.
Este beso fue más... ¿Pasional? Esta vez sentía más ganas de besarle, no fue tan solo porque el momento era el adecuado, sus palabras y todo lo demás. Esta vez quise besarle.

Cuando se separó de mi cogí aire y con la respiración algo agitada negué con la cabeza- No tienes porque dármelas -le di otro corto beso en los labios y la solté para sentarme a su lado. Vale que me encantara, que fuera una niña monísima y todo eso... Pero solo conocía su nombre y ansiaba por saber más de ella.

- Cuéntame de ti, no sé... ¿De donde eres? -pregunté agarrando su mano y jugueteando con esta.
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Sophie:
-No digas eso... En este momento me siento diferente a otros días, y sé cuál es la razón- una pequeña sonrisa se asomó por mi cara y lo mire.
Nos quedamos en silencio un minuto y luego él tomó mi mano y comenzó a preguntarme de mi vida.
Claro, lo conozco hace algunas horas y lo que menos hicimos fue hablar de nosotros. Sonreí en mis adentros.
Contesté al instante, no tenía nada que ocultar:
-De Inglaterra, Manchester para ser mas específicos- miré para el suelo, ahí me di cuenta, extrañaba mi hogar, mis amigos, mi familia... ¿De verdad hice bien en abandonar todo?. Sacudí mi cabeza para sacarme esa duda de la mente, luego pensaría en cosas como esas, ahora estaba con Nicholas.
Nuestras manos seguían enlazadas, y mis dedos jugaban con los de él.
Pensaba en hacerle la misma pregunta, pero otra se asomó ý, aunque dudé un poco en hacerla, pregunté:
-Esa chica ... ¿Está aquí?- dije sin mirarlo, no quería ponerlo nervioso- ¿Es... bonita?... ¿Cómo es su nombre?
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Nich:
Manchester. Interesante lugar, yo no había salido de Chicago y alrededores... Quizá si después de todo esto me aceptara como amigo -o en el horrible caso de que fuera Emma la que no me aceptara- o como algo más... Ella podría enseñarme todo aquello. Me agradaba la idea de pasar más tiempo con ella, era un amor de niña y pasara lo que pasara no querría que saliera de mi vida -y menos con mal pie-.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que la siguiente pregunta me sobresaltó. La miré pero ella apartó la vista; eso no lo esperaba. Respiré hondo y decidí no mentirle, tarde o temprano se acabaría dando cuenta y no quería que fueran otras voces las que "revelaran el secreto". Suspiré y agarré con fuerza su mano.

- Si, está aquí... En la academia, es más, yo estoy aquí por ella... -me sentí algo estúpido al decir eso. Un chico detrás de una chica como un perrito faldero; vaya pena- Ella es... -no quería tampoco que se sintiera mal(si lo hacía)- hermosa -si bueno, esa palabra era adecuada- Y... Te rogaría que no dijeras nada de esto y menos a ella, es Emma White.

Acabé bajando la mirada al suelo. Quería desviar ese tema, no tenía ganas de hablar de ello, solo de conocer a la Señorita Sophie. Le miré a los ojos y le sonreí de lado.

- Bueno, dejemos los temas ajenos a tí -le sonreí ampliamente y seguí hablando- Veo que te encanta el arte dramático, supongo que actúas desde pequeña y has echo muy bien de Señorita Sophie, ¿Lo sabías? Soy tu admirador -solté una pequeña carcajada- ¿Como fue la decisión de entrar aquí?
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Sophie:
Comenzó a hablarme de la chica. Como bien el dijo, su nombre era Emma. -Tranquilo, apenas te conozco a ti y a dos chicas más, no iré corriendo a decirle nada. - sonreí y luego recordé lo que dijo hacía unos momentos. -Entonces... ¿No estás aquí por el arte?- pregunté un tanto decepsionada. Ahora entendía porque su mirada no estaba satisfecha.
-Ella es... hermosa- dijo el suavemente. Debo reconocer que un poco dolió, pero evité ese sentimiento, Nicholas todavía no llegaba a ser nada.
Negué con la cabeza y luego con una sonrisa lo miré a los ojos. -Veo que estás bien enamorado- extrañaba un poco eso, amar a alguien y que eso sea correspondido... -¿Ella siente lo mismo por ti?- pregunté con intriga.
Se notaba que no quería hablar mucho del tema, asique me hizo una pregunta que no dudé un segundo en contestarla:
-Me alegro que te haya gustado mi actuación- dije con una enorme sonrisa- Y me alegra saber que eres mi primer fan, valoro eso- reí bajo. Luego miré hacia adelante- Así es, actúo desde que tengo uso de razón y es una pasión que me llena de alegría cada vez que interpreto algo.- sonreí orgullosa.
-Verás, siempre quise entrar a una academia que se especialize en este tipo de cosas, y por donde yo vivía antes no había lugares así. Apenas me enteré de la academia quise entrar sin dudarlo antes, pero no tenía suficiente dinero para hacer todos los tramites y demás cosas...- hice un gesto- Pero, milagrosamente, y no se como, logré conseguir una beca, y por más que haya tenido que separarme de mis amigos y familia, vine aquí para cumplir mi objetivo que es el de ser una gran artista. - lo miré con una pequeña sonrisa. -¿Tú de dónde eres?
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Nich:
Observé que estaba un tanto interesada en Emma, y decepcionada por que no estubiera aquí por el arte. Aveces ser sincero no es nada bueno, la gente se decepciona hasta el punto de dejarte de lado, pero esperaba que ella no me juzgara por eso. ¿Ella no haría cualquier cosa por amor? No me creería un no por respuesta, ella, que se le veía tan hermosa por dentro como por fuera... No creía que una chica tan tierna como ella no hiciera cualquier cosa por amor.

Escuché su historia, era dificil encontrar un sitio con tal nivel por cuatro duros, era entendible. Y no todo el mundo tenía tanto dinero como yo, o como Emma, o como muchos de los no-becados de esta academia. Miré al suelo, me sentía mal por lo de antes, haberla decepcionado... Suspiré y volví a clavar mi mirada en la suya.
- Soy de Chicago, del centro de la ciudad -le sonreí de lado- Bonito lugar, quizá te invite en las vacaciones... Si no haces nada, claro.

No sabía que mas decirle, me gustaría contarle sobre Emma, pero no sabía cuanto había significado el beso de antes, si se sentiría mal por haberlo echo, o algo por el estilo. Si ella no volvía a preguntar, pasaría del tema por completo.
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Sophie:
Ya hacía un rato que lo conocía, y su sonrisa de costado era lo que más me gustaba de él. Valió la pena este día.
Sentada junto a Nicholas me sentía tranquila... Sentía cosas que nunca me habían pasado con un recién conocido.
Saqué de mis pensamientos a esa chica, su motivo por el cual está en la academia, y algunas otras cosas, y fui sincera:
-Quiero... O debo decirte algo que tengo ganas de decirlo desde hace unos quince segundos, y no me lo guardaré- bajé la vista, pero luego sonreí y miré sus ojos- Gracias, estando aquí hoy contigo, me siento mucho mejor- me acerqué lentamente a él y deposité un beso en sus labios que duró unos cuantos segundos. Luego apoyé mi cabeza en su hombro, esperando un poco nerviosa su respuesta. ¿Cómo se tomará aquella "confesión"?
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Nich:
La escuché y sonreí. Si, yo también me sentia bien a su lado, era una chica maravillosa y me sentía afortunado de haber pasado este rato conociendola, actuando con ella, probando el sabor de sus labios... La verdad que me había gustado, y sin duda, el que había besado era Nicholas y no Jack.

Volví a sentir sus labios sobre los míos por pocos segundos y después su cabeza sobre mi hombro. La miré de reojo, sin saber bien que decir. ¿Que podía hacer? Si le seguía el juego... quizá ella se hiciera ilusiones y yo... Yo seguiría luchando por Emma.

Acaricié su rostro y le sonreí- Yo también me siento mucho mejor, quizá... Bueno, podríamos vernos otro día -puse una mueca, no quería irme, pero debía. Las cosas ya se estaban poniendo feas y no quería herir sus sentimientos. Pero, solo si ella me lo pedía, me quedaría un rato más con ella. Solo si ella quería.
_____
Sophie:
Noté en sus palabras que ya estaba empezando a sentirse incómodo, y para disimular miré la hora en mi reloj y asentí.
-Es cierto, ya se está haciendo tarde, hemos estado un rato largo aquí- no quería irme realmente, pero no iba a insistirle de quedarnos si él no lo deseaba.
-Seguro- sonreí mientras me levantaba- Si quieres... Creo que el miércoles tengo un rato libre, avísame y podremos hacer algo- acomodé un poco mi ropa y me bajé del escenario para tomar mis cosas.
Me acerqué a Nicholas lentamente y le dí un último beso- Para el camino- dije en broma y reí por lo bajo.
Estaba empezando a gustarme, y el rato que estuvimos juntos lo disfruté lo suficiente, pero quería más.
Aún no sabía como, pero haría que esa chica deje de hacerlo sufrir.
Comencé a caminar lentamente, hasta que llegué a la puerta y saludé una última vez con la mano, y me dirigí hacia mi habitación, estaba realmente cansada y lo que deseaba era dormir.
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Nich:
Cuando me comentó lo del miércoles asentí con una leve sonrisa, esperaba que nuestro próximo encuentro no fuera tan incómodo como estaba siendo el final de este. No quería que la chica lo pasara mal, asíque si ella quería, quedaría con ella y podríamos hablar, no lo se, de algo.
- Claro, yo te aviso -bajé la mirada.
Volvió a besarme y me quedé parado. Sin hacer nada, solo observando como se alejaba en la oscuridad del teatro. La verdad es que la chica me atraía, era muy tierna y parecía gustarle. ¿Porqué a Emma no le gustaba? No lograba entender que tenía de especial ese tal Alex que no tubiera yo; pero lograría que Emma me quisiera, era algo de lo que estaba totalmente seguro, ella tarde o temprano se daría cuenta de que yo puedo hacerla el doble, tríple o lo que fuera, de feliz que aquél chico de Chicago. Debía estar conmigo, yo la necesitaba... O eso creía yo.
Suspiré, y al rato salí del teatro. Había empezado bien, pero sentía que en el momento del beso lo había fastidiado todo. Pero ahora no debía pensar, solo estirarme en la cama y pensar sobre lo que podía hacer con Emma y Sophie.
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SUPER tierno

Obviously, mis post son siempre tiernos y además con So lo son más xD
(Aunque con Temi más de más xD)

Y Lar, cuando acabe los examenes me hago a Nich(L)

AMO este tema y bueno espero con ansias :DD