Te debo... una disculpa?/2 de Octubre; 16.15 hs./Reservado

Ese día estaba de holgazán y me dediqué a dormir la siesta aprovechando que Leah había salido. Y ¿a quién se le ocurría interrumpirme?. Me levanté con mal humor y mi cabello despeinado y me dirigí a la puerta, casi como un zombie.

Me metí al baño a enjuagarme el rostro un poco y ya luego sin mirarme ni un poco más me acerqué y pregunté por la ventana -¿Si?...-. No podía ni abrir los ojos, la luz del sol por la tarde (aunque no hiciera calor, era luz por demás brillante igual) no me lo permitía. Recordé que Lis siempre decía 'Es por los ojos claros' y siempre le dí la razón sin cuestionarla, ahora que lo pensaba podía llegar a ser verdad... En fin, pregunté aquello esperando solamente la voz de Leah o alguna que me indique que había una emergencia ¡tan! importante como para ameritar a molestarme.

Pasaron algunos minutos y seguía allí esperando. Vendré en otro momento.
Cuando estaba girándo para irme, escuche su voz que era apenas audible. Con algo de nervios me asomé hasta la ventana y pregunté. -¿Cole? Soy yo, Sophie- sabía que reconocería mi voz, pero sentía ganas de decir eso.
Esperaba no interrumpir algo que haría que se enoje aún más conmigo. Si él quería, podía pasar más tarde, pero no quería que no hablemos este tema. Debíamos solucionarlo... No quería perder a mi mejor amigo por algo que pasó. Sé -y seguro que él también- que no fue una estupidez, pero todo lo que pasamos juntos, no es nada comparado a eso, y no dejaría que nos detuviera.
Mi cabeza daba mil vueltas mientras esperaba a que saliera.
Y ahí lo ví.

Sophie. ¿Sophie?. ¡Sophie!. ¿Cómo se atrevía a aparecer? Seguro venía con alguna excusa parecida a que no le funcionaba el teléfono y no vio mis cuatro millones de mensajes y no la escucharía... pero al tiempo quería hablar con ella. Era raro, estaba furioso pero le debía disculpas también. Y ella a mí.

Le indiqué que esperara y me tomé mi tiempo para refrescarme la cara una vez más, cambiarme de ropa, ordenar un poco la sala y mientras pensando algo para decirle. Abrí la puerta con la vista fija dentro de la casa, dándole la espalda a la 'chica de detrás de la puerta' y aclaré -Cierra la puerta y siéntate en el sillón-. No quería saludarla ni mirarle aquellos ojos sinceros que de seguro estaban expresando mucho en este instante. O aquella cara de niña que me compraba totalmente. Me dirigí al lugar antes nombrado y la esperé con la vista baja -Hola- solo pude decir. El ambiente estaba lleno de confusión y enojo de mi parte. Pero trataría ser lo más comprensible que pudiera, así que esperé a que ella soltara todo, no precisaba un cartel de aviso pues ambos sabíamos como procedía el otro (pues pasabamos mucho tiempo juntos y ya nos sabíamos de memoria).

Me hizo un gesto de esperara, y eso hice con paciencia. Tuve tiempo a mentalizarme que no tenía mínima intenciones de discutir, solo iba a tratar de arreglar las cosas lo más posible.
Su frialdad fue algo dolorosa, pero lo entendía totalmente.
Entré como él me indicó y me senté al mismo tiempo que él... Se sentía todo tan raro, incómodo, frío, con enojo, miedo... en fin, una mezcla de todo tipo de mal sentimiento.
-Hola- contesté en un susurro. Continuamos así de callados, y luego de un instante comprendí que su silencio me daba paso libre a hablar. Tomé aire y como pude, comencé:
-Es... todo confuso- dije en un hilo de voz- Antes que nada quiero empezar disculpándome por estar ausente estos días. Vi tu mensajes en el contestador, noté tu enojo y tienes razón.- le hablaba al piso, no tenía el valor de mirarlo a la cara- Lo cierto es que me he ido unos días, quise despejarme un poco de lo sucedido... Llegué ayer recién, y estuve ocupada la mayor parte del día, es por eso que no contesté y decidí venir aquí y hablar contigo cara a cara.- me quedé un momento en silencio, pero no esperaba respuesta de él.
Tomé aire y continué.- Lo... lo que paso aquella vez... no se como explicarlo. Tú sabes bien que, más allá de todo, me hubiera gustado que eso no haya ocurrido.- me atreví a mirarlo.- Fue un error, y no quiero que vuelva a suceder.- mi voz comenzó a quebrarse- Ambos nos debemos una disculpa, pero sé que lo mio fue peor, desaparecí sin avisar a nadie y por eso me debes estar odiando- un par de lágrimas se asomaron por mis mejillas- Cole, cuanto lo siento...- me sequé con la manga de mi buzo- Sé que va a sonar cursi, pero no quiero que estemos así, quiero que volvamos a ser los hermanos de antes... Te necesito.- dije en un hilo de voz.
Esperé una respuesta -positiva o negativa- de su parte. Quería saber como acabaría todo esto. Tenía miedo.

Aunque pareciera que la ignoraba estaba toda mi atención puesta en ella. Mis cinco sentidos (aunque sea físicamente imposible, es una forma de expresar que tanto me interesaba cada palabra que Soph decía). Hasta que no creí que había terminado y al menos había contestado unas cuatro o cinco preguntas que tenía para hacerle (en mi mente, aunque las "adivinó" pues formaban parte del discurso que esperaba escuchar) no me preparé para hablar. Cuando lo creí necesario era porque no podía ponerse más insoportablemente tierna (y me daba también, en cierto punto, pena) y me haría hacer cosas que no quería (abrazarla, por ejemplo).

Aunque sabía con qué horrorosa imagen me encontraría al levantar la vista, lo hice. Yo si quería hablar lo haría directo mirándola a ella, aunque no a los ojos, pero a ella para ver sus movimientos y muecas. Últimamente me había vuelto experto en leerlas, como así las de todas las mujeres, ya que siempre estuve rodeado por ellas. -Primero y principal quiero que seques esas lágrimas- dije con algo de vergüenza, pues lo que intentaba evitar era yo ponerme a llorar.

Y comencé, ya no podía postergar el echo de hablarle y me prometí expresarle todo, incluyendo las 'cosas malas' y esperé no olvidarme de nada -Sigo sin entender esa huida temporal. Me preocupaste, al principio pensé que era solo que estabas enojada y luego comencé a preocuparme. Leah me informó, y no supe si confiar en esa información, que los lobos te buscaron pero no te encontraron y ¿eso crees que me alivió?- suspiré y me calmé un poco, para continuar con el tono cordial del principio -Creo que... fue una confusión más que un error. Aunque odie admitirlo sentí ganas y no me pude privar pero lo pasado pisado Sophie, lo olvidaré al menos por un largo tiempo. Ahora que te tengo en frente propongo que lo borremos- la miré como esperando una afirmación pero no hacia falta.

Me paré y caminé inquieto pensando hasta que me decidí por finalizar -Okey. Te perdono. Perdóname tu también. Aunque me costará al principio volver a como era antes- le dediqué una casi sonrisa y ahora sí estaba listo para decir -Tema cerrado.

Sequé mis lágrimas como él me había pedido, debía ser incómodo verme en ese pequeño estado algo depresivo. En un abrir y cerrar de ojos fui hasta la cocina a tomar una servilleta, mi manga ya estaba bastante empapada.
Escuché con atención a cada palabra que Cole decía. No dejaba de asentir para indicarle que tenía toda la razón del mundo, que me había equivocado y todas las palabras que mencionó.
Asentí ante su idea de olvidar totalmente el momento que nos llevó a que acabemos ese día a esa hora en ese lugar teniendo que explicar cosas. -Tienes razón, creo que es lo mejor-- alcancé a decir.
Lo observé caminar y en el momento en que me perdono sentí algo de alivio en mi interior, pero sentía que las cosas estaban incompletas- Te perdono también, esto fue por parte de los dos.- cuando declaró el tema cerrado me dí permiso a decir unas última palabras- Entre los dos podremos volver a lo de antes.
Nos quedamos en silencio un rato más... Él se notaba nervioso, y para aflojar un poco pregunté:
-¿Quieres hacer algo?- dije levantándome para ir al baño a mojar un poco mi rostro.

Lo cierto era que prefería dormir, pero Soph se había tomado el ‘trabajo’ de venir aquí y aunque me fuera incómodo pasar una tarde nuevamente con ella, como esas de “antes”, me esforcé por hacer una sonrisa y dejé que marchara al baño.

Cuando salió le dije: –Acepto que juguemos un partido de un set de tenis en la Wii- la miré desafiante y luego aclaré para finalizar –Claro, si es que tienes las agallas de perder como la mejor…¡contra el mejor!- ésta vez no reí ni sonreí, mantuve aquella expresión mía y me retiré una milésima de segundo de mi cuerpo para vernos por fuera. Era raro, sí. Con Leah compartía cosas que me eran imposibles de describir y siempre había sonrisas, mimos, y todo… pero nunca habíamos echo cosas de amigos, porque, precisamente no lo eramos ni lo fuimos en ningun momento. De repente nos imaginé jugando una carrera con los kartings y sonreí por dentro… otro día la invitaría, me prometí. ‘Volviendo dentro de mí’ me dispuse a jugar con ésta chica solo con la condición de que luego se iría para yo poder terminar mi siesta y estar 100% con ganas de Leah, ya que aquella noche le tenía una sorpresa, por eso dormía.

Off: no había mucho que poner, además lo contesté sin internet, osea, sin leer lo que había puesto ella u.u

Por el tono de su voz, supe que las cosas irían poco a poco, y, por más que me cueste o doliera, tendría que aceptarlo si quería que las cosas con Cole estén bien.
Ante su propuesta quise sonar igual de desafiante que él. -Ya veremos quién es el mejor- y poniendome en postura competitiva me acerqué hasta el televisor donde estaba conectada la consola.
Comenzamos el juego y ninguno hablaba, solo decíamos cosas como "¡Pegale!" o "¡Yo no quiero que juegues así!", en fin, cosas que se dicen mientras se juegan a estas cosas.
Al final él terminó ganando, pero no le dí mucha importancia. -La próxima verás, no me rindo tan facil- dije algo en broma.
Luego de un rato de puro silencio, me dí cuenta de que ya era hora de irme, la cosa se estaba poniendo bastante tensa, y no quise que fuera peor.
-Es algo tarde y debo comprar cosas para la cena- dije en un tono bajo- ¿Nos veremos pronto?- lo miré en forma de disculpa, esperándo que dijera que aunque sea diez minutos.
Me acerqué lentamente a la puerta esperándo una respuesta de su parte.

Era obvio que yo ganaría, pues en mi apartamento los últimos veinte días había jugado nada más a este juego, por lo que podría ganarle a cualquiera hasta con los ojos cerrados. Prometió no rendirse tan fácil la próxima y le contesté -No gastes palabras chiquita, soy el amo- y continué su risa.

Okey, como había dicho ahora era tiempo de que se marche, la había pasado bien, aunque sean algunos minutos que habíamos intentado aflojar las cosas y todo iba a bien. Supuse (y pondría todas las ganas) de que en el próximo encuentro todo esté exactamente como antes, aunque nada de lo que había pasado hoy (la charla, el juego) había sido falso de mi parte.

Ella dió la iniciativa de marcharse y me facilitó un paso, aunque me extrañé -¿Ahora cocinas?- reí y afirmé -Nos veremos, te visitaré en cuanto me quede algún día libre. Es que ando buscando trabajo- hice una sonrisa de orgullo y le abrí la puerta -Llámame si quieres, o texteame-. La miré con cariño de padre y besé su mejilla.

Off: jaja, Cole y Temi te hacen mala fama de que no cocinas

¿Él también? Parecía que cargarme por no saber cocinar era un hobbie. Reí y afirmé, como con Temi. -Me han enseñado en California, y no por agrandarme, me sale bastante rica la comida. Si quieres un día te cocino- sonreí.
Me fui acercándo a la puerta. -¿De verdad? ¡Te felicito! Ojalá te vaya bien, seguro conseguirás algo bueno- sonreí orgullosa de él- Sabes que puedes visitarme cuando quieras, estás bienvenido en todo momento.- ya saliendo a la calle me sentí muy bien cuando besó mi mejilla. Extrañaba mucho esos cariños de él. -Te llamaré, y si quieres tú puedes hacerlo también.. Saludé una última vez con la mano y comencé a caminar en dirección a mi casa.
No podía quejarme de este día, a pesar que las cosas hayan comenzado siendo incómodas, terminaron bastante bien. Sabía que con el tiempo volveríamos a ser los hermanos de antes.